Todos los poetas tienen su musa,
inspiración que se permuta
en métrica para nada difusa,
en rima sumamente astuta.
Virgilio, Silva, Neruda y otros,
gozaron de su presencia halagüeña,
llegaron a ellos con sus bellos rostros;
trayendo lo que todo poeta sueña.
Todos los poetas tienen su musa,
pero por qué mi inspiración es diminuta
y se enreda en una sintaxis confusa,
pasando de la armonía a la disputa.
Mi poesía nunca estará en los registros,
no pasará de ser un ilusión pequeña,
mis versos solo serán desbocados potros
provocando solo muecas risueñas.
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